
13 Oct Calidad del aire en la era post Covid-19.
La contaminación ambiental es hoy día probablemente el mayor reto de salud pública a nivel mundial. En España, el 93% de la población respira un aire que excede los límites considerados peligrosos para la salud; en concreto, en 2017 éstos fueron superados en las principales ciudades españolas.
El tráfico rodado es uno de los principales responsables del deterioro de la calidad del aire en las ciudades. Estudios españoles han revelado que su contribución en este sentido oscila entre un 70% y 80% en la contaminación por materia particulada de un tamaño de 2.5 micras (PM 2.5), cuyo impacto directo sobre la salud está directamente relacionado con los vehículos movidos con combustibles fósiles, en especial los motores diésel cuyas emisiones de materia particulada suele ser de menor tamaño.
Se ha estudiado que los aumentos de PM 2.5 en el aire incrementan el riesgo de morir por cualquier causa, y en especial el de fallecer por enfermedades del aparato circulatorio, respiratorio y cáncer de pulmón.
Ante ello, el reto está en cómo lograr una disminución de los niveles de contaminantes en el aire, para lo cual las medidas encaminadas a la reducción y limitación del tráfico rodado se plantean como una de las soluciones más inmediatas. Durante el confinamiento, y gracias a las severas restricciones en el tráfico rodado, se observaron significativas reducciones de la contaminación del aire que una vez finalizado el confinamiento han repuntado a valores muy parecidos a los de antes de la aparición de la pandemia.